La última guía a vecinos morosos
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Esas deudas repercuten en el bienestar y ponen en alerta la viabilidad de servicios básicos en la vida diaria de vuestro edificio, el montacargas, la faro, el agua…
La morosidad en las comunidades de propietarios genera enormes problemas en la misma, desde la posibilidad de incumplir pagos con proveedores, reticencias a aprobar derramas para afrontar obras necesarias o instalación de ascensores hasta la mala relación personal que se acaba generando entre los vecinos que cumplen con sus obligaciones y los que no.
Es importante destacar esto, no obstante que los vecinos y vecinas que en ese momento tienen alguna deuda vencida, no tienen derecho a voto, aunque sí pueden tomar la palabra durante la reunión.
Tener que soportar a pleito a un vecino no es agradable. Menos aún si el impago tiene su causa en las dificultades económicas que atraviese el deudor por la crisis sanitaria que vivimos.
Si ello no surte finalidad, se hará necesario solicitar el auxilio legal. El procedimiento de desahucio persigue un doble objetivo: el cobro de rentas impagadas y el desalojo del inmueble.
Una de las primeras medidas que puede adoptar la comunidad de propietarios es la de retirar el derecho de voto que corresponde al vecino como miembro de la comunidad hasta que no haga el plazo de las cantidades adeudadas. De esta forma, el vecino deudor podrá presentarse a la reunión de la comunidad pero no tendrá derecho a elegir sobre las decisiones que adopte la comunidad de propietarios en tanto que no haga el suscripción de las cantidades que adeuda a la comunidad (p.
Los gastos ordinarios dependen del presupuesto que cada año aprueba la Junta. Las derramas también dependen del acuerdo de la Asamblea que las haya permitido.
La comunidad de propietarios puede encontrarse finalmente abocada a litigar, tras constatar que el vecino moroso no liquida sus deudas pese a que se le den facilidades de pago y tiempo.
Si el piso pertenece a un desposorio en gananciales, baste con requerir a unidad de los propietarios; no es requisito hacerlo a los dos.
El impago de las cuotas de la comunidad puede tener múltiples consecuencias negativas para el propietario moroso, que van desde el embargo de bienes y el pago de intereses hasta la excepción de servicios comunes, las multas y recargos, las dificultades para entregar o alquilar la propiedad, el daño a la reputación y la responsabilidad por daños y perjuicios.
Adquisición preferente: si el dueño del inmueble decide vender el mismo durante el periodo de vigencia del alquiler, el inquilino tiene preferencia frente a terceros para comprarlo.
De esta forma, el deudor no podrá alegar que la deuda no ha sido reclamada o que desconocía la existencia de here dicha deuda con la comunidad.
Los propietarios recurren más a seguros de impago y a ficheros de morosos para evitar toparse con sorpresas.
También es importante mandar recordatorios de cuota y tratar de resistir a acuerdos de plazo en caso de que algún propietario se retrase en sus pagos.